miércoles, 18 de abril de 2012

Llegó el día, y en ese día, el momento y el fin

El viento te sopló la respuesta. Las noches estaban siendo demasiado oscuras como para dejarte pensar claro. Se agolpaban las dudas y los sentimientos. Eras incapaz de poner orden en tu propia cabeza. Tenías un número favorito. Un color, un día de la semana. Nada relevante. Te levantabas con el pie izquierdo, (cosa de zurdos) y preferías los números pares. Intentabas equilibrar la balanza, pero hasta el eje planetario está torcido: tú no podías cambiar nada.






3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta como te expresas... me quedaré vagabundeando un ratito más entre tus textos ^.*

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. oh muchisimas gracias, hace mucho que no escribo nada y fíjate, ahora acabo de leer tu comentario, de verdad muchas gracias :)

      Eliminar

¿Tienes opinión propia?